miércoles, 1 de octubre de 2014

La cuarta generación

La aparición de una cuarta generación de ordenadores hacia el comienzo de los años setenta, no es reconocida como tal por muchos profesionales del medio, para quienes ésta es sólo una variación de la tercera. Máquinas representativas de esta generación son el IBM 370 y el Burroughs. Las máquinas de esta cuarta generación se caracterizan por la utilización de memorias electrónicas en lugar de las de núcleos de ferrita.

Estas representan un gran avance en cuanto a velocidad y en especial, en cuanto a reducción de tamaño. En un chip de silicio no mayor que un centímetro cuadrado caben 64.000 bits de información. En núcleos de ferrita esa capacidad de memoria puede requerir cerca de un litro en volumen.

Se empieza a desechar el procesamiento batch o por lotes, a favor, del tiempo real y el proceso interactivo. Aparecen innumerables lenguajes de programación. Las capacidades de memoria empiezan a ser enormemente grandes. En esta etapa, cobran gran auge los minicomputadores. Estos son maquinas con un procesador de 16 bits una memoria de entre 16 32 KB y un precio de unos pocos millones. 





La tercera generación

En 1964, la aparición del IBM 360, marca el comienzo de la tercera generación. Las placas de circuito impreso con múltiples componentes, pasan a ser reemplazadas por los circuitos integrados.

Estos elementos, son unas plaquitas de silicio llamadas chips, sobre cuya superficie se depositan, por medios especiales, unas impurezas que hacen las funciones de diversos componentes electrónicos. Así pues un puñado de transistores y otros componentes se integran ahora en una plaquita de silicio. Aparentemente esto no tiene nada de especial salvo por un detalle; un circuito integrado con varios centenares de componentes integrados tiene el tamaño de una moneda.

Así pues, hemos dado otro salto importante en cuanto a la reducción de tamaño. El consumo de un circuito integrado es también menor que el de su equivalente en transistores, resistencias y demás componentes. Además su fiabilidad es también mayor.



En la tercera generación, aparece la multiprogramación el teleproceso, se empieza a generalizar el uso de minicomputadores en los negocios y se usan cada vez más los lenguajes de alto nivel como Cobol y Fortran. 

La segunda generación


En 1958 comienza la segunda generación, cuyas máquinas empleaban circuitos transistorizados. El transistor es un elemento electrónico, que permite reemplazar al tubo, con las siguientes ventajas:
  • su consumo de corriente es mucho menor, con lo que también es menor su producción de calor.
  • Su tamaño es también mucho menor. Un transistor puede tener el tamaño de una lenteja mientras que un tubo de vacío tiene un tamaño mayor que el de un cartucho de escopeta de caza. Esto permite una drástica reducción de tamaño. Mientras que las tensiones de alimentación de los tubos estaban alrededor de los 300 voltios, las de los transistores vienen a ser de 10 voltios, con lo que los demás elementos de circuito también pueden ser de menor tamaño, al tener que disipar y soportar tensiones mucho menores.
  • El transistor es un elemento constituido fundamentalmente por silicio o germanio. Su vida media, es prácticamente ilimitada, y en cualquier caso, muy superior a la del tubo de vacío.
    Como podemos, ver el simple hecho de pasar del tubo de vacío al transistor, supone un gran paso, en cuanto a reducción de tamaño y consumo y aumento de fiabilidad. Las máquinas de la segunda generación emplean además algunas técnicas avanzadas no sólo en cuanto a electrónica sino en cuanto a informática y proceso de datos como por ejemplo los lenguajes de alto nivel.


La primera generación


El Univac 1 viene a marcar el comienzo de lo que se llama la primera generación. Los ordenadores de esta primera etapa se caracterizan por emplear el tubo de vacío como elemento fundamental de circuito. Son máquinas grandes pesadas y con unas posibilidades muy limitadas. El tubo de vacío es un elemento que tiene un elevado consumo de corriente, genera bastante calor y tiene una vida media breve. Hay que indicar que a pesar de esto, no todos los ordenadores de la primera generación fueron como el ENIAC, las nuevas técnicas de fabricación y el empleo del sistema binario llevaron a máquinas con unos pocos miles de tubos de vacío.